Por Teresa Gonzalez Ardanaz
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27 de septiembre de 2020
En octubre comenzamos nuestras clases de Método Pilates y te queremos contar todo lo que esta disciplina puede hacer por ti. Es mucho más de una actividad física. De hecho, nació más cerca de la medicina que del deporte. El método creado por el alemán Joseph Pilates, conquistó al mundo por sus múltiples bondades y su abordaje integral del cuerpo como un todo. Se trata de una disciplina que combina técnicas de gimnasia, ballet y yoga con recursos basados en el control mental, la respiración profunda y la relajación. Además, está inspirada en criterios médicos vinculados a la traumatología y la kinesiología, ya que Joseph lo creó justamente para resolver problemas físicos que lo afectaban desde la infancia. Cuando hablamos de Pilates, nos referimos a un completo entrenamiento físico y mental, que consiste en ‘la coordinación completa del cuerpo, la mente y el espíritu’. Según su creador, la búsqueda es utilizar la mente para controlar el cuerpo, de manera de alcanzar un equilibrio completo entre los dos. Varios de sus beneficios son: - Mejora la postura y la flexibilidad muscular , haciendo especial hincapié en la respiración y la alineación de la columna. Los ejercicios se hacen lenta y suavemente y de manera muy controlada. Por eso es tan recomendada como terapia de rehabilitación, para prevenir el dolor de espalda o para personas con lesiones preexistentes. - Permite entrenar sin riesgo: al ser una actividad sin impacto, permite trabajar el cuerpo y tonificar la musculatura sin riesgo de lesiones. Se trabajan todos los grupos musculares, con lo cual es genial para aumentar la resistencia física. - Oxigena el organismo: el esfuerzo muscular que exigen los ejercicios acelera el metabolismo, lo cual favorece la eliminación de toxinas. - Ayuda a perder peso de manera gradual: al activar el metabolismo, mejora el gasto energético y el consumo de calorías. De todos modos, si buscas bajar de peso rápido, lo ideal es combinarlo con algún tipo de ejercicio aeróbico, como caminar, bailar, correr, nadar o andar en bicicleta. - Moldea la figura: al facilitar la pérdida de peso y tonificar la musculatura de manera gradual, ayuda a moldear y estilizar la figura. Logra que el músculo tome una forma definida y firme, sin crecer en volumen. - Favorece un mejor sostén de la estructura ósea: al tonificar el abdomen, los lumbares, dorsales, piernas y glúteos, mejora la postura y refuerza la columna vertebral, mejora el equilibrio. Al repartir el peso de manera más adecuada, los huesos se ven menos exigidos y más sostenidos por el sistema muscular. - Aumenta la flexibilidad: los ejercicios de estiramiento y elongación están presentes no sólo en el comienzo y final de la rutina sino que son parte de varias rutinas de ejercicios. En pocas sesiones notaremos que mejora notablemente la flexibilidad de nuestro cuerpo. - Ayuda a combatir el estrés: la práctica regular de esta disciplina también aporta muchos beneficios a nuestro sistema nervioso, porque, al tener que esforzar el control mental sobre el movimiento, la fuerza, el equilibrio y la respiración, nuestro cerebro suspende por un rato preocupaciones y ansiedades y los niveles de estrés caen de forma considerable. - Mejora la vida sexual: al fortalecer los músculos de la zona pélvica, permite experimentar relaciones sexuales más placenteras. - Favorece el control mental: como demanda una profunda toma de conciencia de cada una de las partes de nuestro cuerpo y de los movimientos que hacemos, mejora el control de la mente y la propiocepción. - Mejora la autoestima: todos los beneficios mencionados, sumando una mejor circulación de la energía entre el cuerpo y la mente, contribuyen a un mayor bienestar personal. Cuando entablamos otra relación con el cuerpo, más amorosa y cuidadosa, nos sentimos más a gusto con nosotros mismos y aumenta el amor propio.